Sandra Hernández: “Este trabajo me llena realmente”

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Entrevista a Sandra Hernández: "Este trabajo me llena realmente"

Siempre activa, Sandra nos concede parte de su tiempo ahora que se lo permiten. Ha pasado toda la mañana ayudando en el restaurante, se le ha visto cogiendo llamadas, atendiendo desde el puesto de reparto y podría decirse que su compromiso con la causa es total. Y la causa no es otra que ayudar.

   Sandra trabajaba en el restaurante antes del traspaso en la directiva. Y el cambio le ha dado un margen de maniobra creativo que está sabiendo aprovechar. A una madre nacida en el barrio de Simancas, al noroeste de Madrid, precisamente coraje no le falta. Desde pequeña lleva esta honrada y pizpireta camarera saliendo de uno y más lances que la vida le ha lanzado: “Yo creo en mis amigos, ellos ya saben cómo soy”, dice confiada. La llegada de Jaime Rincón no solo ha redirigido el futuro de Casa Carmela, sino que ha propiciado nuevas responsabilidades. “El factor humano aquí es algo distinto. Hay una calidad muy buena”. Su tierna adolescencia supuso para ella el primer trabajo y a los dieciséis comenzó al lado de su padre. “Me he movido bastante, pero por suerte dejaba un trabajo y tenía otro”, añade a continuación. Ha pasado por todo tipo de empleos y su periplo le ha llevado al proyecto solidario de su actual hogar. Dar comida a los niños de San Blas con la participación de la Plataforma Vecinal es el objetivo que se han marcado conseguir. “Me está abriendo los ojos a muchas cosas nuevas, dice sincera, “mira cómo está respondiendo la gente”. El restaurante lleva 4.200 euros en donaciones y ha confirmado que asegurará el reparto dos meses más. Las cifras superan cualquier expectativa, el inicio no ha podido ser mejor.

Desde el número diez del polígono industrial Julián Camarillo, sede de operaciones, salen cada día veinticincos repartos solidarios y es evidente que Sandra no podría estar más a gusto. “La gente que me conoce lo sabe. Siempre he ayudado y siempre he estado presente”. Ahora, desde su cargo, ha asumido los cometidos de una mano derecha, pendiente de ser parte del triángulo ofensivo que mantiene abierto el restaurante. Sandra siempre presume de recibir con una sonrisa y haciendo sonar el timbre de la taquilla de repartos lo comprobamos. “Veo esto sin un límite. Me gustaría que más restaurantes se uniesen y que ningún niño se quedase sin comer”. Ella está orgullosa de hacer lo que hace: “Este trabajo me llena realmente”.

Su vida le ha llevado por los rincones que dejan las sombras tras los desengaños. Eso le ha enseñado a comprometerse.  “El trato con la gente del barrio era muy raro porque no le podía dar un beso ni un abrazo a nadie”, y añade, “estamos en una crisis gravísima, aunque esto ha hecho que la gente de buen corazón tenga mejor corazón”. Las dificultades le son ajenas o no parecen minar una voluntad ansiosa por demostrar todo lo que vale: “Se hasta donde puedo llegar a dar”.

Autor: Arturo Delgado
 
Sandra Hernández: “Este trabajo me llena realmente”

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